El nuevo licenciado en Ciencias de la Educación se graduó a través de una plataforma digital y es la primera experiencia de estas características en la Facultad de Humanidades. Nuevos desafíos académicos en tiempos de pandemia.

De un lado de la pantalla, Nicolás López y del otro, el jurado que se conformó para evaluar su trabajo de tesis para graduarse como licenciado en Ciencias de la Educación. En el medio, los nervios propios de la culminación de un ciclo y, también, el desafío de adaptarse a las circunstancias. Ayer Nicolás defendió su tesis a través de la plataforma Zoom y completó de esta manera sus estudios en la Facultad de Humanidades. Se trata de la primera defensa de tesis que se realiza en forma virtual en este espacio académico.

“Fue un desafío. Tuve que pensar desde otro lado mi rol como expositor para este caso. Es paradójico porque nos formamos para estar delante de una clase, por ejemplo, y en este sentido la virtualidad es una experiencia nueva, pero también fue muy linda”, dijo Nicolás unas horas después de la defensa. Y obtuvo la calificación máxima: un 10. “Agradezco al jurado y a la gestión de la profe María Eugenia Burgos para que me pueda recibir. Todos son excelentes personas”, agregó luego.

Al momento de la defensa, desde casa, la mamá de Nicolás, Silvia, estaba con él, pero detrás de cámara. Luego de que el jurado definiera la calificación, la invitaron a acompañar a su hijo para la devolución y el aula virtual fue también un espacio cálido en el que se vivió la emoción de este momento tan importante en la historia académica de Nicolás.

Pensar la pedagogía laboral

La tesis se llamó “La profesionalización del electricista domiciliario. Una mirada desde la pedagogía laboral”. En diálogo con Humanidades Unsa, Nicolás comentó que su trabajo buscaba analizar al electricista domiciliario en relación al estudio de las profesiones. “Valorar y reconocer la validez y experticia de profesiones que fueron infravaloradas y reconocer qué ocupaciones logran adquirir el estatus de profesión”, explicó. Para la exposición preparó diapositivas y ensayó mucho. “Pensaba que una exposición mediada por la pantalla quizás perdería atractivo. También pensaba que los nervios no se notan tanto en la pantalla, pero quiero decir que se sienten igual a cuando uno rinde el primer parcial de la carrera”, expresó.

Maria Cristina Gijón y Luisa Salazar fueron su directora y su codirectora. El jurado estuvo integrado, además, por Gabriela Barrios y Rosa Guantay. Su tesis fue presentada los primeros días de diciembre de 2019. Hacia finales de ese mes ya estaba conformado el tribunal por lo que, de acuerdo a los plazos administrativos, en marzo debía tener la fecha de defensa. La expansión de la pandemia Covid-19 retrasó esos plazos. “No sabía qué iba a pasar, pero por suerte se pudo gestionar esta instancia”, dijo. Ese día fue ayer y fue histórico. Por eso, tras la defensa, algunxs familiares se sumaron a los festejos, en casa, tratando de cumplir al máximo las normas de la cuarentena.

Nicolás tiene 24 años. Estudió en una escuela técnica que lo inspiró para este trabajo final de la licenciatura. Los éxitos continúan porque hace unos meses obtuvo una beca del Conicet que, tras la graduación, tendrá el alta.

“La Facultad te marca toda la vida. El tiempo compartido con lxs compañerxs, todo. Estudiar aquí me dio sentido de pertenencia a full y la capacidad de pensar en la importancia de las humanidades, de las ciencias políticas, no desde el dogmatismo, sino desde una mirada crítica. Así fui enamorándome del mundo educativo y de cómo se puede abordar, no sólo desde la pedogogía y la didáctica, sino también a través de la investigación, la sociología, etcétera. Si pasás por Humanidades tenés los ojos un poco más abiertos sobre muchas cuestiones”, concluyó Nicolás. Los festejos y la alegría continúan.

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